sábado, 20 de febrero de 2010

Ayer estaba ahí

No siempre estoy ahí. Ayer estaba. Ahí. Juan B. Justo y Santa fe, a la hora en que el cielo dijo abajo y el Maldonado dijo arriba. Pacífico. Estaba en Pacífico. En coche. La mar en coche. Volvía de Parque Centenario, osteópata, cervicalgia aguda, crac crac crac, ahhhh ahhhh, crackkk craaack, ¿mejor?, crick, empezá a moverte nena. La mar estaba serena. Begin to hope, de Regina Spector. En tercera por Acuña de Figueroa, que se duplica en Scalabrini, que hace escoliosis en Soler, que invita a Borges, que obliga en Santa Fe. Ayer estaba ahí.
Silencio, silencio, lluvia muda. Algo desafía uno de los preceptos sagrados: Santa fe es una avenida. No no, Santa fe es un canal con olitas. Los ojos se me llenaron de lágrimas. Antes de que eso se convirtiera en un delta, tomé (tomé de tomar el té) Juan B. hacia Córdoba, y vi a alguien que nadaba bajo el puentecito de Paraguay. Gente nadando en la ciudad. Un hombre en traje braceando. No me pareció descabellado que en ese momento alguien saliera volando. O que apareciera Terri Gilliam dándole indicaciones a un actor para que subiera la nota. Llena de una sensación mística color marrón, se me estremeció el cuerpo. Fuera de toda lógica, no había que ir hacia arriba sino hacia abajo. Libertador. Giro en uh. Porque algunos éramos una comunidad de máquinas y en vez de brazos teníamos gomas. Volvimos por Juan B. hacia Santa Fe. Agua por abajo, limpiaparabrisas histérico, ojos llenos de lágrimas. Gente a pie sonriendo, niños divertidos. Desastre burlón, fin del mundo estilo perrito. Llegaba el gomón que los iba a salvar. Palermo titanic se hunde. Cruzar Avenida Santa fe en barco. Tiempo detenido. Foto. Sólo se podía espectar. En una pestañada, como estaba demasiado pasada por agua para volar, le arremangué las ruedas al megán y salí, sin importarme cuánto auto quedaba dentro y cuánto afuera del arroyo ex-avenida santa FE. Casi navegaba. Una Thelma & Louise sin Louise y el abismo era líquido. Me hubiera gustado tener la canción de Fito Páez a mano. Fin del encanto.

viernes, 12 de febrero de 2010

guiso

receta para próximo guiso:
unas pupilas gustativas
un concasé de gente
una porción de malicia.

jueves, 4 de febrero de 2010

entre

los nombres le corren por encima
sin adherirse
hay quien pincha mariposas
quien mide consistencias
prisioneros de la alfombra de las cosas
intentan
una flor
dibujos del viento
elegantes burbujas
algo sale
sin entrar
...
y hay quien entra
sin marcar el paso
acariciado
por primera vez
arrojado
a la maravilla de un mientras
al pulso de un entre.



(porque sólo se puede hablar del movimiento estando sentado)