miércoles, 21 de septiembre de 2011

La caída

Si te dicen que caí

es que caí.

Verticalmente.

Y con horizontales resultados.

Soy, del ángulo recto

solamente los lados.

Ignoro el arte monumental del sesgo,

esa torsión ornamental del héroe

que hace que su caer se luzca como un salto.

Ese rizo del mártir que, ascendiendo

se sale de la víctima

y su propio tormento sobrevuela

no es mi especialidad. Yo, cuando caigo,

caigo.

No hay parábola

ni aire, ni fuerza de sustentación.

Un resbalón: espero. Al suelo llego

por la ruta más breve.

Un alud, una piedra,

una viga a la que han dinamitado.

No hay astucias del cuerpo en mi descenso.

Se sobrevive: el fondo

del abismo es más blando

para quien no vuela, sólo cae.

Si te dicen que caí,

no vengas

a enseñarme aerodinámica revisionista.

No me cuentes de los que cayeron venciendo.

No vengas a decirme

que no crees que haya sido un accidente.

En lo único que creo es en el accidente.

Lo único que sabe hacer el universo

es derrumbarse sin ningún motivo,

es desmoronarse porque sí.

(de Beatriz Vignoli)